Se abre esta ventana y se
cierra otra. Vamos de aquí para allá. Anochece o sale el sol de un
nuevo día. Llueve. Llega la primavera. Nace una niña. Fallecen
tantos.
Todo se mueve, todo
cambia. O al menos así parece. ¿Qué es lo real en un mundo donde
todo cambia? Si todo deja de ser, ¿cómo atraparlo para poder
conocerlo, cómo pensar que puede seguir siendo si recién acaba de
cambiar?
Desde la antigüedad
estos problemas relacionados con el cambio y la permanencia
han sorprendido a los seres humanos. Una respuesta que la filosofía
encontró fue suponer que todo tiene una identidad, una cierta
forma de ser que por más que todo cambie permanece idéntica y
subsiste inmodificada.
Estos problemas valen
tanto para el “mundo exterior” (el de los objetos y el de la
naturaleza) como para nosotros mismos. Cuando nos preguntamos
¿quiénes somos? ¿sos el mismo que hace algunos años?
estamos preguntándonos acerca de la identidad.
Los problemas acerca de
la identidad personal nos interpelan y recuerdan un llamado que nos
hizo Sócrates, el tábano de Atenas, que nos picaba fuerte diciendo:
“una vida sin examen no merece ser vivida”.
En el siguiente video de
la serie Mentira la Verdad, Alejandro Sztajnszrajber nos acompaña en
una indagación acerca del sentido de la idea de la identidad humana:
Ahora
es tiempo de detenernos en la indagación acerca de los conceptos.
Para poder manejarlos como herramientas del pensamiento útiles para
entender mejor nuestras identidades, deberemos repensarlos e
interpretarlos.
Con
este objetivo, es que dejo el siguiente texto de apuntes para
trabajar en el estudio domiciliario y en clase: clic acá para descargar material sobre esencialismo.
Para continuar el diálogo sobre estas cuestiones o por otros motivos, pueden escribir comentarios aquí debajo.
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