miércoles, 10 de octubre de 2012

Los límites morales de los mercados

Hay cosas que el dinero no puede comprar...

Pensemos, por ejemplo, en la amistad: si le pago a alguien para que sea mi amiga y ella actúa como mi amiga, eso no significa que realmente lo sea. Parece que eso nunca podría ser una verdadera amistad. Lo mismo ocurre, quizás, con el amor o con algunos reconocimientos públicos (uno no puede comprar un premio Nobel, por ejemplo). Por más que uno lo intente, parece que esos bienes dejan de ser lo que son y pierden su valor si uno intenta comprarlos.

Cuando pensamos en que hay cosas que el dinero no puede comprar, estamos reconociendo que los mercados tienen límites, límites fácticos que se originan en que hay cosas que no pueden ser objeto de compra y venta dada su naturaleza.

Sin embargo, quizás haya otro límite para los mercados: un límite más difuso, pero no menos importante, el límite moral. ¿Cuáles son las cosas que el dinero no debería poder comprar?

Pensemos acerca de esta pregunta a través de dos ejemplos:

1 - Un paciente necesita un trasplante de riñón y, dada la escasez de donantes, debe esperar unos meses o quizá un año para que se le realice el trasplante: ¿debería poder comprar un riñón y hacérselo poder trasplantar sin tener que esperar?

2 - Es cierto que la amistad no se puede comprar, pero quizás algunas formas de demostrar la amistad sí... Una práctica relativamente común entre amigos y allegados es la de dar regalos. Pero eso no significa que sea fácil, dar regalos siempre implica un riesgo, ya que no sabemos si al otro le va a gustar o no. Para resolver este inconveniente, algunas personas deciden regalar dinero o bien "tarjetas de regalos" que le permiten al que las recibe hacer compras a su gusto. ¿Tienen el mismo significado el acto de dar un regalo y el acto de regalar tarjetas de regalos? ¿Da lo mismo?

El filósofo estadounidense Michael Sandel ha publicado recientemente un libro donde, a partir de multitud de ejemplos de este tipo, argumenta a favor de establecer límites morales claros para los mercados. El libro se llama "What Money Can't Buy" (Lo que el dinero no puede comprar) y presenta una argumentación interesante dirigida a evitar que nuestras sociedades pasen de tener  economías de mercado a ser sociedades de mercado, donde todo puede comprarse y venderse.

Desde el punto de vista de Sandel en las últimas décadas hemos vivenciado un "triunfalismo del mercado" que ha permitido que los valores mercantiles inunden esferas de vida que tradicionalmente no estaban vinculadas con las dinámicas de compra y venta. El filósofo argumenta que este fenómeno es negativo y presenta dos argumentos acerca de por qué hay los mercados deberían tener límites morales fuertes y claros.
"La primera objeción es un argumento acerca de la coerción. Refiere a la injusticia que emerge cuando las personas compran y venden cosas bajo condiciones de desigualdad severa o directamente por necesidad económica. De acuerdo con esta objeción, los intercambios mercantiles no son necesariamente tan voluntarios como los apasionados del mercado sugieren." (1)
"La segunda objeción es un argumento acerca de la corrupción. Refiere a los efectos degradantes que el intercambio y la valoración mercantiles tienen sobre ciertos bienes y prácticas. De acuerdo con esta objeción, ciertos bienes cívicos y morales son corrompidos si se compran y venden por dinero. El argumento de la corrupción no puede ser resuelto estableciendo condiciones de intercambio justas. Si la venta de partes del cuerpo humano es algo intrínsecamente degradante, entonces la venta de riñones va a ser mala para ricos y pobres por igual. La objeción se mantendría aún sin el efecto coercitivo de la pobreza extrema." (2)
El asunto es profundo y nos llama a la reflexión, la pregunta está planteada y hay argumentos en juego: ¿cuáles son las cosas que el dinero no debería poder comprar?




-----

NOTAS

(1) Sandel, Michael: "How Markets Crowd Out Morals", Boston Review, Mayo/Junio 2012, http://www.bostonreview.net/BR37.3/ndf_michael_j_sandel_markets_morals.php

(2) Ídem.